Japón se enfrenta a un aumento de encuentros con osos —más de 100 personas heridas y 11 muertas, un récord— mientras el gobierno se prepara para enviar Fuerzas de Autodefensa a la Prefectura de Akita. Las tropas ayudarán a colocar trampas de caja y a retirar cadáveres, mientras los cazadores locales se encargan de la exterminación. Los funcionarios citan la escasez de hayucos, vinculada al cambio climático, la disminución de las poblaciones rurales y el aumento del número de osos que empujan a los animales a las ciudades, incluso cerca de Tokio. Los informes van desde intrusiones en supermercados hasta sustos en escuelas y vías de tren; la Universidad de Iwate cerró durante dos días. El gobernador de Akita solicitó ayuda, diciendo que los cazadores están agotados; primero se desplegarán equipos de planificación.
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