Tras un ataque aéreo israelí que mató a varios ministros hutíes, incluido el primer ministro, los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen asaltaron las oficinas de la ONU en Saná. Varios empleados de la ONU del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y UNICEF fueron detenidos. La ONU condenó las detenciones, calificándolas de inaceptables. Esta acción es la última de una serie de medidas enérgicas contra la ONU y otras organizaciones internacionales que operan en zonas controladas por los hutíes. La ONU suspendió las operaciones en Saada tras detenciones anteriores. La escalada de la situación suscita preocupación por la posibilidad de que Yemen se convierta en un campo de batalla en un conflicto geopolítico más amplio.
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