Boeing informó una pérdida de 5.300 millones de dólares en el tercer trimestre, en gran parte debido a un cargo relacionado con el retraso del 777-9 hasta 2027, a pesar de que otras métricas mejoraron: los ingresos superaron los 23.000 millones de dólares, la producción del 737 Max aumentó y el flujo de caja libre se volvió positivo por primera vez desde 2023. Las acciones apenas cambiaron. El CEO Kelly Ortberg dijo que los esfuerzos en seguridad y calidad están dando frutos, y la FAA restableció cierta autoridad de aprobación sobre los jets Max y 787 en septiembre.
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