Con el formato del College Football Playoff de 2026 aún por decidir antes de la fecha límite del 1 de diciembre, los bowls vinculados a contratos de conferencia que expiran se encuentran en una situación de incertidumbre. La SEC y la Big Ten controlan la elección pero discrepan: la Big Ten favorece un acceso automático más amplio, mientras que la SEC prefiere una extensión del modelo actual de campeones y comité. Los ejecutivos esperan acuerdos a corto plazo y se preparan para emparejamientos inusuales, incluidos posibles partidos intra-conferencia. Las presiones económicas persisten —el Holiday Bowl incluso exploró Arabia Saudita—, pero las audiencias televisivas se mantuvieron fuertes la temporada pasada y los organizadores dicen que la postemporada puede seguir siendo robusta.
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