Una pasajera de 80 años, Suzanne Rees, fue encontrada muerta en la Isla Lizard un día después de que el Coral Adventurer zarpase sin ella, lo que llevó a su hija a acusar al operador del crucero de un "fallo de cuidado y sentido común". Rees se había apartado de una caminata grupal para descansar en un día muy caluroso y, según su familia, se le indicó que regresara sin escolta; el barco zarpó entonces, "aparentemente" sin recuento de pasajeros. La AMSA dice que fue alertada a las 21:00 del sábado; un helicóptero encontró su cuerpo el domingo. Coral Expeditions dijo estar "profundamente apenado" y está cooperando con los investigadores.
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