La administración Trump se movió para expandir el desarrollo de petróleo y gas en Alaska, abriendo 1,56 millones de acres de la llanura costera del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico y planeando una venta de arrendamiento de invierno en la Reserva Nacional de Petróleo, la primera desde 2019, revirtiendo una protección de Biden de 2024. El Departamento del Interior también reemitó permisos para la carretera Ambler de 211 millas a través del refugio Izembek. El secretario del Interior, Doug Burgum, elogió las decisiones como un impulso a la energía, el empleo y el crecimiento. Grupos ecologistas advirtieron de riesgos para los osos polares, el caribú y más de 200.000 aves migratorias, y amenazas a comunidades indígenas, incluidos los Gwich’in.
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