En Tokio, el presidente Donald Trump calificó su visita como una vuelta de victoria, uniendo lazos con la nueva primera ministra Sanae Takaichi y pregonando la inversión japonesa en EE. UU. Su administración reportó hasta $490 mil millones en compromisos hacia un objetivo de $550 mil millones, incluyendo $100 mil millones cada uno para los proyectos nucleares de Westinghouse y GE Vernova. Los líderes firmaron un marco de alianza de "era dorada" y un pacto de minerales críticos, se dirigieron a las tropas estadounidenses a bordo del USS George Washington, y intercambiaron gestos desde gorras de "Japón está de vuelta" hasta 250 cerezos y conversaciones sobre los $10 mil millones de Toyota.
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