El nuevo presidente de Perú, José Jerí, declaró el martes un estado de emergencia de 30 días en Lima en medio de un aumento de asesinatos, extorsiones y ataques que avivaron protestas y la reciente destitución de su predecesor. Un decreto formalizó posteriormente la medida, que podría desplegar soldados para ayudar a la policía y restringir las libertades de reunión y movimiento. La policía registró 1.690 homicidios de enero a septiembre, frente a los 1.502 en el mismo período de 2024. En Lima, el jueves, una protesta que exigía la dimisión de Jerí se tornó violenta, dejando un civil muerto y unos 100 heridos. Jerí se negó a dimitir y prometió pasar "de la defensa al ataque".
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