Funcionarios de la Casa Blanca están discutiendo activamente la invocación de la Ley de Insurrección, una ley de uso poco común que permite al presidente desplegar tropas en servicio activo para hacer cumplir la ley a nivel nacional. Esto ocurre mientras el presidente Trump busca desplegar tropas de la Guardia Nacional en varias ciudades. Aunque no se espera una decisión inmediata, las discusiones han pasado de la viabilidad a la exploración de métodos específicos de invocación. Se han redactado defensas legales y opciones, pero el consenso favorece agotar primero todas las demás opciones. Los gobernadores se oponen al despliegue de tropas, y cualquier invocación enfrenta esperadas y rápidas impugnaciones legales.
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