La demolición del Ala Este de la Casa Blanca para dar paso a un salón de baile propuesto de 90.000 pies cuadrados ha desatado una lucha por la preservación. El National Trust for Historic Preservation instó a un alto inmediato y a una revisión pública completa, advirtiendo que el nuevo lugar podría abrumar la Mansión Ejecutiva de 55.000 pies cuadrados y alterar su equilibrio clásico. La Casa Blanca defendió el plan financiado de forma privada y lo comparó con alteraciones pasadas, mientras que las imágenes de la demolición avivaron las críticas en todo el espectro. Trump ha pregonado una capacidad para unos 900 invitados y un corredor de la Sala Este, a pesar de las seguridades anteriores de que el proyecto no interferiría.
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