Durante una escala de reabastecimiento de combustible en la Base Aérea Al-Udeid de Qatar, el Emir Tamim bin Hamad Al Thani abordó el Air Force One, diciendo que no permitiría que Donald Trump se fuera sin un saludo. Ambos intercambiaron cálidos elogios, y Trump calificó al emir como "uno de los grandes líderes" y acreditó a Qatar por ayudar a mediar un alto el fuego temporal en Gaza centrado en intercambios de rehenes-prisioneros, un levantamiento de bloqueos y ayuda. Los críticos dudan de la durabilidad de la tregua. La aceptación por parte de Trump de un avión qatarí de 400 millones de dólares y una asociación de 1,2 billones de dólares entre D.C. y Doha avivaron las preocupaciones sobre conflictos de interés, subrayando un cambio drástico de su apoyo en 2017 a un bloqueo regional de Qatar.
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