Un estudio de UC Irvine publicado en Nature Metabolism informa que la inulina, una fibra presente en cebollas, ajos y alcachofas, remodela las bacterias intestinales para que consuman fructosa dietética en el intestino delgado antes de que llegue al hígado. Los investigadores, dirigidos por Cholsoon Jang, descubrieron que al cebar los microbios con inulina se previno el desbordamiento de fructosa, se redujo la acumulación de grasa, se aumentaron los antioxidantes hepáticos e incluso se revirtieron los signos de enfermedad del hígado graso en participantes no obesos. El trabajo sugiere que no todas las calorías son iguales y apunta a la nutrición personalizada —incluyendo prebióticos o probióticos dirigidos— mientras se explora si otras fibras ofrecen una protección similar.
Reviewed by JQJO team
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