Natalie Rowntree, de 38 años, describe su tratamiento temprano de FIV como intenso, haciendo malabares con siete citas en ocho semanas utilizando días por enfermedad y vacaciones para evitar decírselo a su empleador. Una nueva investigación de Fertility Matters at Work dice que el 63% de los empleados que se someten a FIV toman licencias por enfermedad para ocultar el tratamiento, y advierte sobre la pérdida de productividad. Los activistas quieren un derecho legal a tiempo libre remunerado, mientras que el gobierno señala planes de trabajo flexible. La diputada laborista Alice MacDonald está presentando un proyecto de ley, pero los grupos empresariales advierten contra la excesiva legislación. Rowntree dice que los derechos legales aliviarían el estrés.
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